
Misael Cuevas
Presidente de la Federación Red Apícola de Chile
Chile ha llegado pisando fuerte al panorama internacional apícola, con un desarrollo técnico rápido y un aumento de cabaña y producciones que le han permitido formar parte del elenco de exportadores latinoamericanos.
Una de los pilares de este avance ha sido la estructuración y articulación de los pequeños productores apícolas el país a través de la Federación Red Apícola de Chile, que ha celebrado recientemente su decimocuarto Congreso Nacional, un certamen que por segunda vez se celebra junto al Encuentro de los Exportadores de Productos Apícolas.
Tal vez por ello en sus discurso de inauguración el presidente de la Federación Red Apícola, Misael Cuevas, fue más allá del protocolo, aportando sus palabras una visión global de cómo trabajar para el desarrollo apícola de un país, que creemos vale la pena leer con atención.
La apicultura en Chile es una actividad que, paso a paso, se fortalece y se expande; es el principal sector pecuario primario de exportación –en millones de dólares, la apicultura aporta más que la lana y la carne bovina–. Además de su papel en la producción de alimentos y su invalorable aporte en el ecosistema, la apicultura debe cristalizar el desarrollo del país bajo un contexto de sustentabilidad; no existe otra actividad que lo pueda hacer y, sin los apicultores, el país no puede dar una imagen al mundo de desarrollo equitativo en lo social, lo ambiental y lo económico.
Necesidad de alianzas estratégicas
La polinización y por ende las colmenas son reconocidas, finalmente, por otras actividades que se benefician de sus acciones: sin colmenas no hay fruta, no hay hortalizas, no hay leches ni carne… Se podría decir, en definitiva y sin temor a equivocarnos, que sin abejas está en grave riesgo la alimentación humana.
Todo cambia y evoluciona, tarda pero llega. Finalmente la fruticultura y la horticultura se han acercado a los apicultores y no podemos ignorar su llamado a que colaborar en potenciarnos mutuamente.
Chile será incapaz de cumplir sus compromisos de cuidado de la biodiversidad, la lucha contra la desertificación y el cambio climático, sin conceptualizar a su sector apícola como el hilo conductor para el progreso de su agricultura y enriquecimiento de sus bosques.
Cambio de paradigma: de recolección a industrialización
En lo tecnológico asistimos a un cambio de paradigma productivo claro: estamos transitando desde un rubro [sector] que históricamente se ha centrado en la producción-recolección, hacia un sector orientado en la industrialización y tecnificación.
La gestión apícola actual debe acreditar un desempeño sustentable, ético y equitativo.
Los productos apícolas exigen un desarrollo elevado a nivel de cadena alimentaria [todos los eslabones desde la abeja a la mesa], no solo en inocuidad, sino también en cautelar bienes y atributos que van más allá de lo productivo.
Los apicultores somos productores de alimentos, pero no cualquier alimento, sino de productos que la sociedad ha venido identificando como saludables, somos pues garantes de una vida sana. Todo esfuerzo en mejorar y honrar este papel, que siempre nos ha enorgullecido, nos supone actuar desde la generación de los recursos melíferos, hasta la extracción con los más elevados estándares de calidad, y con conocimientos de vanguardia: bioseguridad, producción integrada, trazabilidad, análisis de riesgos, inocuidad, buenas prácticas,…son conceptos que debemos manejar en una permanente actualización tecnológica y profesionalización.
Nuestra relación con el estado ya no debe basarse en una colaboración y apoyo por ser solo apicultores, por ser microempresarios. Es necesario trabajar en ayudar a que nuestras autoridades descubran la apicultura con una nueva mirada, a que las naciones consideren el apoyo a su apicultura como una apuesta estratégica en el presente y fundamental para el futuro.
Mensaje a actores internacionales
Los desafíos de Chile, son también desafíos de Latinoamérica y el mundo. Ya pasó el tiempo de avanzar rápido y mostrase mejor ante los demás, tenemos que avanzar para llegar lejos, y la única manera de hacerlo es en conjunto, compartiendo nuestros desafíos y potencialidades.
Nuestro avance como sector puede ser respuesta a desafíos de índole mundial, lo cual nos llama a ser generosos y responsables como apicultores.
Mi invitación es a fortalecer nuestro gremio, a trabajar unidos por los desafíos e intereses transversales que hacen grande nuestro sector, luchemos por una apicultura competitiva, inclusiva y sustentable. Seguro que lo podemos lograr.