
Explorar las posibilidades del turismo apícola, una actividad que dentro del marco del auge general del turismo temático, va en aumento, fue uno de los objetivos de esta Jornada organizada por el Departament d’Agricultura, Ramaderia, Pesca, Alimentació i Medi Natural y la Associació Amics de les Abelles en Alcover, Tarragona y celebrada el pasado 26 de octubre.
La implicación de todas las piezas de un territorio para que juntas pueden hacer posible esta realidad puede contribuir a su dinamización y a consolidar su población; son dos de las ideas expresadas por Anton Ballvé, director de los Servicios Territoriales del DAAM en Tarragona. Ballvé mostró también su agradecimiento a Joan María Llorens, “el alma de toda esta organización” a quien calificó como persona de referencia en la comarca. Por su parte Llorens, consideró la importancia de la Jornada porque dará a conocer las posibilidades de lo que hay y puede ofrecer la oportunidad de empezar a trabajar en crear una red.
Silvia Cañas, editora de APICULTURA IBÉRICA, explicó en su conferencia el gran potencial turístico de la apicultura: contacto con la naturaleza, tradición e historia, actividad diferenciada que despierta gran curiosidad y un amplio abanico de público al que puede ir dirigido: escuelas, colectivos, familias,… Las inversiones necesarias dependen, dijo, del objetivo marcado: actividad complementaria o actividad principal, e hizo un repaso a la amplia variedad de oferta actual: museos, aulas apícolas, rutas de la abeja, rutas históricas, alojamiento rural más actividad apícola, etc. En cualquiera de ellos es importante que el visitante pueda interactuar, sentirse partícipe y hacer actividades complementarias (talleres, juegos, cuentacuentos, catas,…). El final de una ilustrada presentación de imágenes y ejemplos, estuvo dedicada a la necesidad de hacer más visibles las actividades de apiturismo, y la de ir a buscar activamente al visitante, dos aspectos en los que las redes sociales ofrecen muchas posibilidades.
Carme Castany, explicó sus experiencias en el Albergue Casa Fumeral que desde hace años tiene una oferta de alojamiento y actividades apícolas. De su intervención destacó que las personas que visitan su Casa buscan experiencias nuevas y agradables, que les gusten y que después puedan contar; y las abejas reúnen todo esto. Allí en una completa oferta pueden visitar un colmenar, hacer un taller de cocina con miel, de cosméticos, de velas de cera, salir a la búsqueda de enjambres o hacer una ruta apícola por un sendero que recorre el patrimonio histórico apícola de la zona.

Carme Castany

Roser Espasa

Joan María Llorens

Rafael Muria

Meritxell Omella

Maria Vega

Anna Xirinachs
Fueron después muchas las ideas vertidas en una mesa redonda en la que explicaron sus experiencias de turismo apícola: Meritxell Omella, dedicada a las rutas de senderismo; Anna Xirinachs, agente de desarrollo rural que trabajó en potenciar la Fira de la Mel de Arnes y su Centro de Interpretación de la Miel; María Vega, de Tuapitur, una oferta cercana a Madrid y orientada preferentemente a familias que viven en el entorno urbano; Rosa Espasa, de Artesanía Apícola Nogués, que además ha empezado a comercializar diversos productos hechos con miel como jabones, cremas o membrillo; Rafael Muria, con su ya conocido Centro de Interpretación Apícola de El Perelló, una moderna infraestructura que se puede visitar en cinco idiomas diferentes y que recibe numerosos grupos y escolares; y Joan María Llorens, que explicó como la amplia y variada muestra de colmenas y herramientas antiguas de su Casa Museo de la Miel es fruto de su gran afición desde hace muchos años a recopilar todas estas piezas (una afición que le llevó además a ser uno de los miembros fundadores de la Asociación Apihistoria).
Una agradable y amena jornada de ideas, intercambios y propuestas que se cerró con una instructiva visita guiada por el Centro de Interpretación del Arte Rupestre (CIAR), de Montblanc que conserva y difunde el arte rupestre de las Montañas de Prades, declarado Parimonio Mundial por la UNESCO.
Por Silvia Cañas
© Apicultura Ibérica